Llega a su fin la historia del
Lobo Solitario y su cachorro, y lo hace con un último tomo repleto de tensión,
donde los dos personajes lucharán su último combate para intentar vengarse de
lo que les sucedió tanto tiempo atrás, intentando acabar de recorrer el camino
del infierno.
Es un tomo que no se puede
entender sin los diecinueve anteriores, sin ver el camino que han tenido los
tres personajes que se encuentran al final en el campo de batalla. Vale que hay
un poquito de acción antes, o el autor se viene arriba con todos los que
aparecen al final en el campo de batalla. Pero esto es lo que es: un combate
entre tres personajes que se respetan, a los que hemos conocido durante mucho
tiempo gracias a sus acciones y que están obligados a enfrentarse por cómo
entienden la vida y el honor.
Entiendo que el final pueda
ser poco satisfactorio, pero me parece una jugada realmente interesante y estoy
a tope con él (y no digo más).
Por otro lado el tomo en sí es
una maravilla, es el sumun de la forma de narrar de su creador, con combates
que se siguen a la perfección, una tensión creciente, mucho sentimiento en sus
páginas… un broche de oro para una historia que me ha encantado.
En breve os traigo la reseña
completa, ahí me explayaré un poquito más sobre el Lobo Solitario, pero creo
que os podéis hacer una idea de lo que me ha llegado a gustar.
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