jueves, 11 de agosto de 2016

Arrested Development T2

Como en toda comedia que se precie, la segunda temporada acostumbra a ser mejor que la primera. El equipo de guionistas ha encontrado ya el punto y el tipo de humor que hacen se perfila mucho más.  Además, el espectador se ha acostumbrado a los personajes tanto como los actores a encarnarlos. Y esto es lo que ha pasado con la segunda temporada de Arrested Development.
La excusa de la serie sigue totalmente vigente: el padre fugado de la justicia y la familia dependiendo económicamente del único miembro responsable de la misma. Pero ahora todos los miembros de la familia tienen su propia mini trama dentro de la temporada, desde el que pierde una mano hasta la que se hace de la industria Hollywoodiense.

Estamos ante un humor algo más tosco que el que podemos encontrar en series como Modern Family, pero lejos de lo pasados de vueltas que están los chicos de Community. Un humor que recurre a lo absurdos que son muchos de los personajes más que a las situaciones que viven.

No sé si es positivo o negativo, tendré que pensarlo, pero la familia está compuesto por un número de miembros ligeramente superior al que compone la comedia media, algo que podría aportar frescura pero que acaba haciendo que tengas un montón de secundarios y pocos protagonistas. Porque sí, porque en Arrested Development hay un protagonista claro y un montón de gorrones a su alrededor. Supongo que si los capítulos se fueran centrando en los distintos miembros de la familia como algo más que satélites a los que les suceden cosas podríamos tener un producto más redondo. Veremos si en las dos temporadas que me quedan por ver les implican algo más.


Personalmente sigo pensando que es una comedia de segunda línea, algo entretenido pero que tampoco engancha demasiado. En mi caso incluso necesito hacer un breve descanso antes de ponerme con la tercera temporada.

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