Admito que me daba bastante
pereza acercarme a ésta película, me parecía que iba a ser la enésima historia
sobre la esclavitud y sus excesos en la América pre guerra civil. Pues bien, no
del todo.
La película sí que nos cuenta
la historia de un esclavo, un chico que ya de pequeño ve lo que son capaces de
hacer los amos blancos a los esclavos, pero que por ciertas capacidades y
benevolencia de su ama acaba aprendiendo a leer, lo que le lleva a ser
predicador.
En general el chico tiene una
vida “agradable”, con un buen amo, una actitud positiva ante lo que sucede, el
respeto de los suyos... incluso conoce a una mujer. Y eso es gran parte de la
película, la historia de un esclavo que no parecía sufrir demasiado. Hasta que
ve lo que sucede fuera de su plantación (y lo que está dispuesto a hacer su
amo).
Ha sido ese enfoque, esa
sonrisa en el protagonista lo que me ha hecho disfrutar de otra forma la
película. Un proyecto personal (dirigida, guionizada y protagonizada) de Nate
Parker (al que no tenía en el radar) que demuestra muy buen hacer y una gran
capacidad (tanto de dirección como actoral).
Creo que es una buena
película, con oficio y sentimiento, que se desmarca de otros dramas ambientados
en la época y escoge un camino distinto. Quizás le falte un poco de ambición,
pero creo que perdería lo que la hace especial: no quiere abarcar mucho, quiere
contar lo que hace, y hacerlo bien.
No es una obra maestra, pero
tiene un buen ritmo, buenas actuaciones, buena ambientación y buena
dirección... y todo unido conjunta y alcanza un nivel de notable alto, de
película que vale la pena ver a poco que uno esté interesado en el cine.
Valoración Personal: 8.
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