La cosa se pone temendamente
seria con éste tomo diez de Claymore. Los combates entre las Claymore y los
Rebelados en esas cuidad abandonada en plena zona nevada han comenzado, y lo
hacen con un primer contacto que parece
dar esperanzas a las protagonistas, pese a luchar solo contra tres y constarles
lo suyo.
Pero eso no es todo, también
aparece Isley, otro personajazo con un diseño visual chulísimo, un ser de poder
tremebundo que se comporta como un humano normal, con planes, pensando a futuro
y sin ser una máquina de matar indiscriminada y sin sentimientos. De hecho
acepta con él a Raki (el bueno del chaval que acompañaba a Claire) y a
Priscilla, un personaje que conocemos de antes.
Un tomazo con todas las de la
ley que sigue en la mejor saga de toda la colección. Acción a raudales, de la
buena, contra enemigos que te superan y en la que hay que usar la cabeza. Y no
sólo sirve para ver a las Claymore en acción, también nos presenta a unas
cuantas más, cuya verdadera forma de ser vemos en pleno combate...
Me encanta la forma de narrar
que hay en éste tomo, sin apenas un par de páginas de relleno y con un ritmo
endiablado.
Y qué decir del final, con un
adversario que realmente empezará a verter sangre de Claymore a mansalva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario