Onceavo tomo de Claymore, uno
que es puramente de acción, con el grupo de Claymore que ha sobrevivido hasta
el momento haciendo frente a una cantidad abrumadora de enemigos, cayendo una
tras otra ante un poder superior… hasta que desaparecen todas.
La saga del ataque a Pieta
termina con todas las Claymore (protagonistas incluídas) desaparecidas en
combate, en una escena muy chula con Priscilla llorando delante de Raki
mientras nota cómo las energías de cada una de ellas se van desvaneciendo…
Y la cosa pega un salto, allí
vemos que la Hermandad parecía tenerlo todo más o menos controlado y pensado,
preparando a una nueva generación de Claymore mientras las más díscolas
desaparecían en el Norte.
Por otro lado Isley se
encuentra con el tercer ser del Absimo y empieza un combate de proporciones
bíblicas.
La primera vez que leí éste
tomo el impacto fue brutal, y es que uno no se espera el desenlace del combate
en el Norte. Fue una patada en el estómago que no he sentido en ésta segunda
lectura, pero también recuerdo que me impidió disfrutar del trozo que viene
después en el mismo tomo, y que es muy importante para lo que llega en el tomo
siguiente.
Sigo alucinando de que sólo
llevemos once tomos, y es que la velocidad a la que transcurre todo aquí es casi
sobrenatural.
Gran comic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario