Llega el tomo 23 de Claymore y
sorprende muchísimo lo poco que avanza en la historia. A ver, no os dejéis
engañar, pasan cosas y se prepara una batalla final de órdago, pero es eso: se
prepara.
De entrada tenemos a Raki con
las Claymore tras la destrucción de la Hermandad, con todas las guerreras
libres al fin de generaciones y generaciones de experimentos. Quedan pendientes
de ver las dos nº 1 que guardaban en “el sótano”, pero creo que se quedarán
ahí.
Y luego? La nueva Abisal ha
detectado el poder de Priscilla, y se dirige hacia allí... junto con todas las
guerreras originales.
Y que pasa al llegar? Que se
encuentran a todos los Rebelados esperando algo, esperando el despertar de la
más poderosa de todos, un ser que despierta por culpa (o gracias a) Raki, el
chaval que consigue separarlo de Claire y devolvernos a la protagonista a las
páginas del manga un montón de tomos después.
Ese es el eje del tomo, la
reaparición de Claire, el juramento de las guerreras y el combate final que se
adivina contra la que ha sido, desde el inicio, el objetivo de la protagonista.
Un tomo que tira más por lo
emotivo que por la acción y que nos pone en el disparadero para la recta final.
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