Hacía más de un año que no me
leía un tomo del Lobo Solitario y su cachorro. Supongo que releer tanta cosa al
final te hace dejar de lado colecciones que no has terminado, pero es una pena,
porque ésta es de las buenas!
Me llama la atención el que en
todo momento hay sensación de avance, de premura incluso, con el Lobo y su hijo
acercándose a la capital, superando los obstáculos que se ponen en su camino y
poniendo a su enemigo más y más contra las cuerdas.
Hasta tal punto avanza la cosa
que les vemos llegar a la capital, al shogun dando un ultimátum a los Yagyu y
al catador oficial del shogun metiéndose en la pelea para terminar con el
protagonista.
Lo bueno del caso es que todo
se nos cuenta a base de pequeñas historias, que guardan una cierta continuidad
pero que se pueden llegar a detener en contarnos tramas paralelas, como la de
una pareja en busca de venganza durante unos pocos años, o la de una prostituta
que trabaja para el catador del shogun. Son pequeñas píldoras del Japon de la época que da gusto leer y no
paran de dar más y más color a la obra.
Una obra que, por otro lado,
es una maravilla de la narración, algo que noto ahora que leo bastante más
comic americano de la misma época (años 70). Da vergüenza ver cómo se narraba
en los super heróes y compararlo con esto: buen arte secuencial, ningún
bocadillo explicativo, diálogos cuando tiene que haberlos y la narración que
fluye página tras página viñeta tras viñeta.
Me faltan seis tomos y cada
vez me parece más bueno.
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