Una de las películas más
controvertidas de Marvel fue la primera Ant Man, una película que abrazaba la
comedia y venía a relajarnos entre tanta epicidad. Para algunos fue más un
chiste que otra cosa, pero a mí me parece una película muy divertida y de esas
que puedes disfrutar sin preocuparte demasiado.
Pues bien, la segunda entrega
tenía la papeleta (que no cumplió) de estar entre las dos películas de
Vengadores (la 3 y la 4), una especie de Mc Guffin que se utilizó después, pero
que al verla tampoco parecía que fueran a tener relación.
Lo que pasa en ésta película
es que Scott está en casa bajo arresto domiciliario, pero una serie de eventos
le harán volver a enfundarse el traje de Ant Man, en ésta ocasión acompañado
por el personaje de Evangeline Lilly (la Avispa).
Sinceramente, la trama tampoco
es que sea de esas para tirar cohetes, aunque mete elementos de mitología que
están bien (el personaje de la madre de la Avispa, una ladrona con unos poderes
muy chulos, etc…) es lo de menos. En lo que la película vuelve a sobresalir es
en el humor y en las escenas de acción imaginativas (esas que juegan con el
tamaño del protagonista).
Una mezcla entre drama
familiar, película de acción y comedia, siendo lo primero más por parte de los
villanos que de los protagonistas.
Personalmente salí del cine
con muy buen sabor de boca, y un segundo visionado en casa también lo he
disfrutado sobremanera, aunque se me queda un poco por debajo de las
sensaciones que me produjo la primera parte. Y es posible que sea cosa mía,
porque objetivamente me parece mejor ésta, pero quizá la frescura de la primera
no está tan bien aprovechada en su secuela.
De todos modos una película
estupenda para verse con palomitas, un refresco y ganas de pasarlo bien.
Valoración Personal: 8,0.
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