No se detiene la historia pese
a que el esperado combate entre el Lobo y el enemigo jurado tardará bastante en
llegar.
Lo curioso del caso es que
consiguen hacer una historia apasionante dejando de lado eso y centrándose en
los problemas que está teniendo Retsudo con el desgraciado del catador. Unos
problemas derivados de sus cartas secretas y que hacen que el Emperador abra
una investigación.
Me encantan cómo ésta trama se
convierte en el eje del tomo, y encima nos devuelve esas historias pequeñas que
poblaban el manga en sus inicios, y lo hace con personajes (agentes durmientes)
que deben activarse, acabando con su vida anterior. Es esa vida anterior lo que
veremos en varios capítulos, y hay algunos que son verdaderas obras maestras.
A éstas alturas Lobo Solitario
y su Cachorro ya está a un nivel altísimo, un nivel que ha ido alcanzando poco
a poco, tomo a tomo, y que no es ni por asomo el que teníamos al inicio.
Ha sido un manga que se ha
cocido a fuego lento (faltan dos tomos aún), pero ha conseguido una base
tremendamente sólida sobre la que edificar éste gran final que estamos viendo
en los últimos tomos. Y lo mejor es que la forma de narrar me sigue pareciendo
una maravilla, no ha perdido el toque de explicar las cosas de forma visual.
En fin, que cuando lea los dos
tomos que me faltan emitiré el veredicto, pero me parece una obra
imprescindible para los otakus de pro.
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