Segundo libro de la serie coleccionable de Stephen King que he leído, éste es ya un relato largo, o sea, una novela de las de toda la vida. Y que lejos de apostar por algo sobrenatural (dos pinceladas en todo el libro), lo hace por un terror mucho más plausible.
La historia es bastante simple, y entremezcla la vida de dos familias norteamericanas junto con la historia de un perro que ha contraído la rabia. El problema está en que el perro es un san bernardo (enorme), y vive en una casa alejada del centro, por lo que lo que sucede queda bastante aislado.
El caso es que una madre y su hijo pequeño quedarán encerrados en frente de la casa, y con el perro montando guardia; y no digo más porque spoileo demasiado (aunque la parte de detrás del libro lo hace mucho más).
Los personajes no son para nada planos, algo que me parece que va a ser una constante en los libros de éste hombre. Todos tienen sus virtudes y sus defectos, y reaccionan de forma bastante creíble ante las situaciones que les toca vivir.
El ritmo del libro es muy rápido, y a eso ayuda su distribución: no está hecho por capítulos, sino por párrafos más o menos largos que van saltando de un personaje al siguiente, y así hasta el final del libro; entremezclando las historias de forma que tienes ganas de saber lo que le ha pasado al personaje que acabas de dejar.
Como único punto negro el final, que pese a ser más o menos previsible, no por ello tiene que gustarme. (Ya me diréis lo que os ha parecido una vez lo hayáis léido).
En fin, un buen libro, mejor que el de relatos, y que me ha dejado un sabor agridulce (por aquello del final).
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