Meses sin leerme un tomo y con
el recuerdo de que el cambio de aires de la obra no me había gustado
absolutamente nada, pero bueno, sigamos adelante que Mashima siempre consigue
que sus obras sean entretenidas.
Y así ha sido, éste tomo 52
(un añito a uno por semana, que se dice pronto) nos presenta el nuevo enemigo a
batir, un imperio que ha unificado todo un continente bajo la bota de su
emperador y los doce magos a sus órdenes (éstos japoneses y sus obsesiones con
los números...).
Lo curioso del caso es que
funciona, hasta el punto de hacerte olvidar todo el tema del salto temporal y
tomártelo como una simple excusa para que los personajes se fortalezcan de cara
a afrontar el reto que tienen por delante.
La guinda del pastel (más allá
de tener a doce enemigos en ciernes) es la identidad del emperador, ni más ni
menos que el inmortal Zelef, el mago negro que se figó en Natsu y que parece
querer erradicar toda vida.
De fondo se nos insinúa algo
sobre las hadas, pero de momento lo pasamos por alto.
Tomo divertido, molón y que
presenta bien (al fin) una buena trama. Ahora veremos cómo se la carga en tomos
siguientes?
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