Otro tomo más, y reconozco que
éste me ha costado leermelo.
No tengo claro si el problema
ha sido del tomo en sí, por un exceso de diálogos que no llevaban a nada, o
simplemente mi condición mental al ponerme con él no era la óptima.
Pero sea lo que sea, el caso
es que éste me ha parecido el tomo más flojo de Naruto en mucho tiempo, por no
decir hasta el momento. Lo curioso del caso es que pasan cosas, y no es de esos
tomos en los que lo único que sucede es un combate que no termina nunca.
Aquí tenemos un poco más de
los planes de Madara, un combate entre éste y la chica de los papeles, otro con
Gai en primer plano (lo que siempre está bien) y al Kage anciano en acción. Un
buen puñado de frentes con acción que no acaban de enganchar.
Hay cosas de Naruto que ya
cansan (como el aprendiz de Orochimaru) y que parecen estar añadidas a la trama
por aquello de seguir alargando lo inevitable. Es algo que se nota desde hace
tiempo, pero en el tomo que nos ocupa se me ha hecho especialmente sangrante.
En fin, supongo que éste sí
que debe marcar la caída de calidad de la obra. Veremos los siguientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario