Llegamos a los sesenta tomos,
cambiando de decena en Naruto por penúltima vez y lo hacemos en plena guerra
ninja (que ya será lo que tendremos hasta el final). En ésta ocasión el foco se
centra exclusivamente en el combate entre los Biju.
Es curioso cómo Tobi (el
aparente malo) se mantiene en un segundo plano todo el tomo, y ni la aparición
estelar de Kakashi y Gai consiguen quitar el foco del auténtico protagonista:
Naruto.
Lo mejor del tomo es que se
pone el foco en el auténtico poder del protagonista, que no es tirar Rasengans
ni transformarse. El poder de Naruto es hacer que la gente crea en él, y ésto
es algo que veremos incluso con los Biju, que pondrán sus esperanzas en el
ninja butanero para poder seguir adelante.
Y ya la escena en que Kyubi y
los demás le dicen su nombre real o aquella en la que el zorro de nueve colas
decide confiar en Naruto... en fin, escenones dentro de todo lo que llevamos de
manga (el segunda hacía mucho que lo esperábamos).
En fin, siguen siendo combates
de quién la tiene más grande, pero el toque especial de éste tomo hace que suba
muchísimos enteros y te quedes con la miel en los labios. A por el siguiente!
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