Ya me queda poco, y es que
después de éste tomo de Hellblazer sólo me faltan dos más para terminar la
colección. Qué ganas tengo de que esté completa en la estantería!
En el volumen de hoy tenemos
como guionista a Andy Diggle, un tipo que no me suena de absolutamente nada y
que, sin embargo, hace un buen trabajo con el personaje.
En su etapa tenemos a un
Constantine que arranca enfrentándose a la locura y a lo que le sucedió en
Ravenscar, alguien más “puro” y poderoso que el personaje acabado que veníamos
viendo. Pero también es alguien con problemas gordos, no en vano un mago que se
alimenta de otros magos se ha fijado en él...
Con un hilo conductor que
vertebra toda la etapa, con algún villano recurrente y con el toque oscuro y
socarrón de siempre tenemos una etapa muy buena y de lectura bastante ágil. No
en vano éste volumen contiene los números que van del 230 al 250, publicados
desde 2007 (bastante moderno, lo que se nota a todos los niveles).
Hace gracia ver los problemas
que tiene con el tabaco en sitios públicos, u otras referencias temporales, que
te hacen darte cuenta de la cantidad de tiempo que ha pasado desde que empezara
la colección y el gran background que llevamos a nuestras espaldas.
Otro elemento que le sienta
bien al tomo en cuestión es el tener un dibujante prácticamente fijo con un par
o tres de apoyo. El acabado visual coherente y constante también ayuda mucho a
sentir que la etapa es completa, y apoya a las historias estupendamente.
Especialmente me ha gustado el lápiz de Leonardo Manco, que da un ambiente
sucio y opresivo a una historia que debe serlo.
Para terminar, vale la pena
destacar la cantidad de sangre o de imágenes impactantes que tenemos en ésta
etapa, me ha parecido más cruda que las anteriores.
Muy recomendable.
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