El primer año de vida de la
Switch dio para mucho, una serie de juegos que marcaron una tendencia de
calidad realmente alta, entre los que destacan Xenoblade Chronicles 2, Zelda
Breath of the Wild y el juego que hoy nos ocupa.
Vamos con Mario Odyssey.
Historia: A ver, de verdad queréis una historia dentro de un Mario?
Pues la de siempre! Que si Bowser ha “secuestrado” a Peach y nuestro bigotudo
amigo hará lo posible para encontrarla.
Para llegar hasta ella deberá
moverse por distintos mundos, descubriendo sus secretos y ayudando a sus
habitantes hasta que consiga suficiente energía (mediante las Energilunas, de
las que ya hablaré) para seguir con su viaje.
Es cierto que tiene alguna
sorpresita en su final, y luego en el End Game, pero la historia no sería el
punto fuerte de éste juego.
Apartado Técnico: Si una cosa hace bien históricamente Nintendo es
explotar técnicamente sus máquinas. Y ésta no es una excepción.
Con éste juego tenemos los dos
elementos visuales a un nivel muy alto.
De un lado está el puro
músculo técnico, con un juego que se ve a las mil maravillas, con un framerate
estable, mundo relativamente grandes y una sensación de estar viendo una
sorpresa tras otra remarcable.
Pero lo que destaca es el
trabajo artístico, la forma de llenar esos mundos, el diseño de los enemigos,
la paleta de colores… todo va encaminado a que la experiencia con el juego sea
inmersiva y tengamos la sensación de estar viendo cosas nuevas a cada paso que
damos.
Banda sonora (con algún tema
realmente bueno) y efectos de sonido tiran de clásicos, y no queríamos que
fuera de otra forma.
Jugabilidad: Un Mario con saltos y ya está? No.
Éste juego se divide en
mundos, repletos de cosas por hacer y energilunas que encontrar (nuestro
objetivo principal). Unas lunas que están escondidas por todas partes, ya sea
en un arbusto, al matar a un jefe, al hacer una carrera… es tal la cantidad de
mecánicas y formas de obtener éstas lunas que estaréis todo el rato con la
sensación de estar haciendo algo, de que vuestro tiempo está bien invertido.
Sí, hay una gran variedad de
mecánicas (incluso fases 2D), pero la novedad que se lleva la palma es la
gorra.
La gorra de Mario ahora tiene
vida (y se llama Capi), hasta el punto que nos permite poseer a los enemigos
que salen en el juego y conseguir sus habilidades, lo que abre un abanico de
opciones abrumador. Es una mecánica sencillísima de usar, pero que le da una
profundidad jugable muy, pero que muy alta.
Vamos, que éste Mario es
jugabilidad pura, con distintas capas de profundidad para los distintos tipos
de jugadores, que siempre tendrán algo que hacer.
Opinión Personal: Mario Odyssey es un juego totalmente
imprescindible una reinvención del mundo de las plataformas sin tocar nada
excesivamente trascendental. Digamos que es el mayor refinamiento de las
mecánicas de plataformas 3D que se me ocurre se puede hacer a día de hoy
(seguro que lo superan, pero se me hace difícil).
Un juego precioso, cargadísimo
de contenido, mini juegos, opciones, cosas escondidas, personalización… y un
carisma desbordante.
Reconozco que gracias a la
Switch estoy volviendo a jugar a géneros que había dejado atrás, y uno de ellos
ha sido éste que nos propone Mario Odyssey: las plataformas.
De verdad que es un juego que
puede gustar a cualquier franja de edad, ya que propone retos de distintas
dificultades y cualquiera puede llegar hasta el final, pero no cualquiera puede
sacarle el 100% (que requiere una dedicación extraordinaria).
Es un juego perfectamente
diseñado, que sabe lo que hace bien y lo explota hasta límites insospechados.
Un imprescindible para cualquiera que tenga la consola y un motivo de peso para
hacerse con una. De esos juegos intemporales que se seguirán disfrutando tanto
dentro de 15 años como hoy, y que seguro os sacará más de una sonrisa y más de
dos.
Imprescindible? A todas luces,
buque insignia de la consola y del género. Hay que comprarlo.
Valoración Personal: 10.
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