Llega el tomo
diecisiete y lo hace con una ligera bajada de ritmo o intensidad (no tengo
claro cual de las dos, o si ambas), y eso que empieza con los dos miembros que
hemos visto de Akatsuki iendo a por Naruto, y haciendo alarde de poderío (en
especial Itachi).
Es un buen arranque,
con personajes potentes metidos en el ajo, los primeros atisbos de un posible
plan de ésta organización y a Sasuke cabreado por no poder hacer más ante aquél
que se lo arrebató todo. Y aunque sea un buen arranque a mi se me queda algo
corto, como si le faltara parte del carisma que venía exhibiendo la serie hasta
el momento.
Luego ya pasamos a
la búsqueda y presentación de Tsunade, mezclada con el entrenamiento de Naruto
para poder aprender una nueva técnica. A ver, entiendo que las cosas tengan que
ir despacio para que no de la sensación que aprende por ciencia infusa, pero me
da la sensación de que se pasan y de que se está perdiendo el estupendo ritmo que
caracterizaba a la serie. Nada grave, pero ahí está.
En fin, un tomo que
sigue siendo notable, pero que pierde un poco el fuelle.
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