Saga es una de esas
colecciones cuya periodicidad está tan espaciada que para cuando te lees un
nuevo tomo ya casi no recuerdas de qué iba. Pero al contrario que en la mayoría
de los casos, en los que la desconexión con la obra es evidente, aquí los dos
autores consiguen volver a atraparte desde la primera página, sin apenas
necesidad de que recuerdes cada pormenor de lo sucedido anteriormente.
Y con éste sexto
tomo me ha vuelto a pasar, ha sido ponerme a leerlo y ya volvía a estar en esa
historia familiar con la pareja que está buscando a su hija.
El tomo es
estupendo, no sólo recuperamos el tono de pareja que se había perdido un poco
anteriormente, sino que además recuperamos personajes en un estado distinto al
que conocíamos. Ha habido un salto en el tiempo, los personajes han crecido y
les han pasado cosas, y a nosotros nos importa lo que les ha sucedido.
Cuenta además con un
par de momentos muy tiernos que llegan a tocar la patata a poco que uno tenga
corazón.
Mucho más luminoso
que en ocasiones anteriores, éste sexto tomo recupera el tono que me enamoró
del inicio de Saga, y la vuelve a dejar en plena forma de cara al futuro.
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