Sigue el ritmo imparable de
Naruto en mi estantería, y lo hace con un nuevo tomo de transición para ir
justificando los incrementos constantes de poder del personaje principal. Así,
tras darle unas cuantas vueltas, vemos cómo inicia un entrenamiento para mejorar
su uso del chakra. La verdad es que la idea es buena, pero se hace un poco
lenta y algo reiterativa.
Por otro lado tenemos a los
Akatsuki, de los que vemos algún rostro más (con su personalidad) y nos damos
cuentas de que su caza de los Jinchuruki no se ha detenido para nada, y que
siguen incrementando poco a poco el número de colas a las que atacan (van por
el de tres colas).
Es una lástima que no veamos
absolutamente nada de éstos combates, porque podrían ser bastante interesantes
y espectaculares.
En resumen, un tomo
entretenido, pero que baja la marcha bastante y se dedica a hacer tiempo para
que el lector tome un respiro. Personalmente no creo que fuera necesario éste
respiro y detecto en éste volumen algunos síntomas de fatiga para la obra. A
ver si ya empiezan a ser constantes o es un ligero bache (estamos casi a la
mitad de la misma).
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