Es un combate interesante, con
sacrificios de por medio, algunas bajas (permanentes o temporales) y Naruto
serio y combatiendo con todo lo que tiene. Es evidente que ha alcanzado un
nivel muy por encima del resto de la gente de la villa.
Me ha gustado también todo lo
que tiene que ver con el Zorro de Nueve Colas, el que se esté desmadrando
debido a la exigencia del combate junto al sello puesto por el padre de Naruto
(confirmado del todo) con tal de poder hablar un momento con su hijo antes de
que la liara parda. Es una escena (la del padre) muy tierna y que el
protagonista parecía necesitar como el cagar.
El resto? Pues haciendo sus
cosas de secundario, con tramas que parecen no llegarán a nada pero dejándose
ver un poco.
Es curioso porque recuerdo que
en la primera lectura la saga de Pain no me gustó nada, y ahora que la leo a mi
ritmo y sin tener que esperar meses entre un tomo y el siguiente me está
pareciendo al nivel del resto de la obra, incluso algo más dramática.
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