Penúltimo tomo de Naruto, el combate contra la creadora del Chakra por
parte del grupo siete más un añadido cuanto menos curioso. El combate funciona
bastante bien, al menos una vez tienes asumido que la forma de luchar del
principio de éste manga quedó hace mucho tiempo atrás: ahora no prima el
subterfugio, prima la fuerza bruta.
Me sabe mal por la señora (la mala) pero no nos ha dado tiempo a que tenga
el carisma que debería tener un malo de su calibre, y aún menos para que
demuestre de lo que es capaz. En ese sentido Madara funcionaba muchísimo mejor
como malo en la sombra que ésta, pero ya se sabe de la afición de los japoneses
a un boss detrás del boss.
En fin, un tramo final un tanto agridulce, primero porque no acaba de tener
el nivel que una serie de éste calibre merecería (aunque también es difícil
encontrar uno que satisfaga a alguien que lleva tantos años siguiendo el comic)
y luego porque no deja de ser un tomo muy entretenido, repleto de acción y con
algún que otro momento más emotivo.
Y queda uno! La verdad es que no lo recuerdo para nada de la primera vez
que lo leí (hará un año), y tengo ganas/curiosidad para ver cómo acaba de
quedar todo cerrado. El viaje ha valido la pena, sólo falta la conclusión.
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