Sigue el entrenamiento de
Ichigo para poder convertirse en Shinigami e ir a la Sociedad de Almas a
rescatar a Rukia. Un entrenamiento bastante extremo (y tremendamente rápido)
que le llevará al borde de la muerte.
Eso es el arranque del tomo, y
no sólo eso, sino que conocemos el tema de los nombres de las espadas de los
Shinigami, que Urahara debería ser uno de ellos y que a Rukia la matarán en
unos días... vaya arranque, no? Pues sí, Bleach a éstas alturas de la obra era
rápido y pasaban cosas.
Y como no sólo de dramatismo
vive el hombre, tenemos un par de capítulos de la vida diaria del chaval, con
su padre, los amigos... y el humor guarrete y estúpido que tanto le pega a la
obra.
En fin, otro tomo completito,
donde pasa de todo y no sólo tenemos acción o subidas de nivel, tenemos también
unión de personajes y humor.
Ocho tomos ya y me sigue
gustando mucho.
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