Es oficial, el ritmo
del manga ha bajado y la cosa se alarga cada vez más. Sigue sin ser algo
molesto y se puede disfrutar perfectamente, pero hay menos frescura.
Y de qué va éste
tomo? Del entrenamiento de Ichigo, un entrenamiento (de nuevo) en su interior y
luchando contra una parte de sí mismo. De nuevo un entrenamiento contrareloj
para despertar un poder oculto y de nuevo un entrenamiento en el que se está
jugando la vida.
Al menos nos sirve
para ver un poco más al grupo de Vizard, que tiene unos diseños bastante chulos
y cierta personalidad.
Para terminar nos
cuentan el plan de Aizen, que no se diga que no avanza la trama, y tiene que
ver con algo que acabaremos arrastrando hasta el fin del comic, dentro de 50
tomos.
Aunque me notéis
algo desilusionado repito que no es un mal tomo, que sigue siendo divertido,
pero ya empieza a no ser lo mismo.
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