Una de las sorpresas en los
video game awards para los juegos de 2018 fue la nominación de Celeste a juego
del año. Y lo fue porque era un juego de un estudio pequeño, pixel art, de
plataformas… y competía contra titanes como God of war o Red Dead Redemption 2.
Vale la pena éste juego? Vamos
a verlo.
Historia: Encarnamos a una chica bastante normal, no especialmente
apta para el deporte, que se propone escalar la montaña Celeste. El motivo? Lo
iremos viendo por el camino, pero tiene que ver con marcarse una meta y ser
capaz de conseguirla.
A lo largo de la historia
iremos conociendo más a éste personaje, los motivos que le impulsan a seguir
adelante y los problemas que puede tener. Es una trama sencilla, con cierto
fondo, pero cuya gracia está en cómo se combina con la jugabilidad. Pero lo
hablaremos luego.
Apartado Técnico: Hay quien dice que es un pixel art muy bonito,
pero a mi me parece excesivamente simple.
Los sprites gordotes, los
escenarios repetitivos dentro de cada una de las fases… me parece un juego
antiguo, no uno moderno que intenta copiar el estilo de la época.
La banda sonora sí que me
gusta más, porque se mezcla bien con los momentos que estamos viviendo y te
sabe transmitir ciertos sentimientos, como la tensión o la calma.
Pero bueno, me parece un juego
justito en lo técnico.
Jugabilidad: Tenemos un plataformas tradicional, con un botón para
saltar (doble salto), uno para el dash (de un solo uso hasta que volvemos a
pisar suelo) y otro para agarrarse a las paredes (durante un tiempo limitado).
Con éste control tan simple el
estudio es capaz de ponernos delante una serie de pantallas con una curva de
dificultad creciente, inmisericorde.
Porque la gracia del título
está en la dificultad, en pequeñas secciones de plataformas que parecen
imposibles y en la sensación de logro al terminarlas. Unas secciones en las que
repetiremos una y otra vez y en las que poco a poco iremos viendo cómo tenemos
que hacerlo…
Eso en el juego principal, en
el que cuenta con ocho niveles repletos de minifases (que forman el nivel
conjunto) en las que encontrar un buen puñado de coleccionables.
Si éste fuera todo tendríamos
un juego desafiante pero no imposible, pero cada pantalla tiene una cara B, y
una cara C. Dichas caras se desbloquean con unos coleccionables específicos y
ya son la demencia total: he sido incapaz de acabar la cara C que he encontrado
y sólo una B. Soy incapaz, me rindo.
Otra cosa a mencionar es lo
bien integrado que está ese intento de superarse y no rendirse con la narrativa
del juego. El auténtico motor de seguir adelante. Y vale la pena decir que el
tiempo de carga entre muerte y muerte es inapreciable, lo que te empuja a
probarlo una vez más…
Opinión Personal: Celeste es un juegazo de plataformas, cuya cara A
supondrá un reto para la mayoría, momento en el que dejaréis el juego de lado y
no querréis seguir adelante.
Pero los que perseveran, los
virtuosos, esos tendrán casi dos juegos más en los que ponerse más y más a
prueba.
Reconozco que no soy capaz de
ir más allá, el juego ha podido conmigo y he llegado hasta donde he llegado
(terminar la historia de las caras A) y me siento satisfecho con el reto, con
el viaje y con el resultado.
No es un juego para todo el
mundo, pero el hecho de tener “vidas infinitas” y no tener que esperar entre un
intento y el siguiente hacen que te piques en esas cortas secciones a superar y
no te canses hasta llegar a la cima. La cara A es asequible, creedme.
Vale la pena? Pues si sabes a
lo que vas, sí, sin duda. Pero si queréis un plataformas bonito (que Celeste no
me lo parece) y sencillote haceros con el Yoshi que cuadra más con lo que
buscáis (o Donkey Kong, que tiene menos dificultad).
Valoración Personal: 8,0.
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