Otro juego indie que se pasa
por el blog, en ésta ocasión le toca a un juego español que ha tenido muy buena
prensa y he podido disfrutar en mi Switch. Veamos The Red Strings Club.
Historia: Posiblemente estemos ante el punto más potente del juego,
una trama futurista Cyberpunk con una empresa que quiere lanzar un software que
cambiará a la humanidad para siempre.
Nosotros encarnaremos a tres
personajes, por un lado está un tipo que parece atado al bar que da nombre al
juego, un traficante de información que emplea bebidas con sus clientes para
cambiar su estado de ánimo y hacerles soltar más información de la que
querrían.
Por otro tenemos a su pareja,
un tipo que trabaja para una sociedad antiglobalización.
Y por último está un androide
que debe poner módulos de ajustes de personalidad a los humanos que casen con
sus deseos.
Con éstos mimbres iremos
desgranando una trama compleja, rica, con ciertos personajes secundarios
potentes y que nos durarán unas cuatro horitas más o menos.
Compacto y bien contado.
Apartado Técnico: Al contrario de lo que me pasaba con Celeste (que
reseñé hace poco) aquí tenemos un pixel art de los bonitos de ver, con unas
breves animaciones para los personajes y unos fondos estupendos (al menos la
mayor parte del juego).
Es un juego con pocos
escenarios, un buen ambiente cyberpunk y un gran diseño.
Aunque también es verdad que
el acabado no es el mismo cuando nos ponemos con los mini juegos (como el de
las bebidas) y que la falta de movimiento en pantalla ayuda a que estáticamente
la cosa quede más bonita.
La banda sonora me parece más
olvidable, que acompaña a la aventura pero no destaca en ningún momento.
Un juego bonito al servicio de
la historia.
Jugabilidad: De entrada se podría decir que es una aventura
conversacional en la que ir obteniendo información según hablamos y decidimos,
que esa información nos ayuda a enterarnos más de la trama y que puede que nos
ayude más o menos en la “pantalla final”.
Pero también tiene una serie
de mini juegos, mecánicas que funcionan bastante bien en momentos puntuales
(menos el de servir bebidas, que se repite) y le dan un rollo especial a la
aventura. No son nada especialmente complicado, pero son agradables de hacer y
te meten más en la piel de algunos personajes.
Mención especial para la ya
mencionada “pantalla final” que me parece estupendamente diseñada.
Un juego sencillo de jugar, de
estar atento a los detalles y disfrutar lo que te quieren contar.
Opinión Perosnal: The Red Strings Club me ha dado todo lo que le
pedía: una aventura con una buena trama, buena ambientación, buenos personajes,
y algunos toques jugables originales que la alejan de las aventuras gráficas de
toda la vida o de lo que podría ser una aventura tipo “Telltale”.
Ha sido una historia que me ha
dejado con ganas de más, con un camino muy interesante y que da para una
segunda vuelta para ver momentos distintos.
Eso sí, es un juego sencillo,
de unas cuatro horitas y que basa su atractivo en la trama. Si es suficiente
para vosotros perfecto, en caso contrario se hace difícil recomendarlo aunque
lo haya disfrutado muchísimo.
Valoración Personal: 8,2.
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